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Hay todo tipo de razones para que no nos gusten los controles remotos. Esos pequeños botones parecen demasiado complicados. No sabemos cuál de los controles remotos que hay en la mesa de centro controla el televisor, el equipo de música, la caja del cable, el reproductor de Blu-ray o algún otro dispositivo electrónico.

Pero los mejores controles remotos universales no son económicos. Los controles remotos también parecen quedarse sin batería en los momentos más inoportunos, como justo antes de cambiar de canal para ver el partido o en el momento más esperado de una serie favorita. A veces, los controles remotos desaparecen debajo del cojín del sofá o reaparecen en otra habitación.

Pero lo más seguro es que un dispositivo que lleves en el bolsillo o en el bolso pueda sustituir el control remoto físico, pero quizá las aplicaciones de tu teléfono iPhone o Android no te resuelvan todas las frustraciones. O bien, puedes darle esta función a un teléfono inteligente que ya no uses.

Un teléfono inteligente convertido en control remoto puede hacer mucho más que cambiar de canal. Más allá de las noticias y el entretenimiento, el control remoto del teléfono es un enlace al hogar inteligente conectado a internet, esto a través de las capacidades integradas en el teléfono o cuando descargas aplicaciones de terceros.

Al tocar el teléfono o llamar a asistentes de voz como Alexa de Amazon, Siri de Apple, Google Assistant o incluso Bixby de Samsung, puedes encender las luces, bajar las persianas, abrir las puertas del garaje, cambiar la temperatura del termostato, y controlar algunos productos y electrodomésticos compatibles, todo a distancia.